martes, 8 de abril de 2014

¿Cómo rescatar nuestra propia identidad?

Los que ya tenemos unos años encima hemos podido comprobar el cómo ha venido evolucionando nuestra sociedad con el pasar de los años. Muchas costumbres que teníamos antes, en diferentes aspectos de nuestras vidas, las hemos ido perdiendo paulatinamente.

Por ejemplo en el aspecto religioso. Antes, uno observaba el recogimiento con que la gente se dedicaba a la Semana Santa, en la actualidad las personas vuelcan sus miradas hacia las diferentes playas o lugares de veraneo, producto del bombardeo publicitario y de costumbres de otros países. Otro aspecto puede ser nuestra forma de vestir. En los tiempos pasados las personas se vestían recatadamente, en la actualidad y en muchos casos vemos menos trapos sobre el cuerpo. Y en forma general ya casi estamos uniformados producto de la venta de ropa de paca.

En cuanto el comportamiento humano, es cierto que en todo momento y en todo lugar han sucedido acontecimientos que dejan mucho que desear, pero ahora nuestros jóvenes y niños ven en medios escritos y televisivos: accidentes, asesinatos, pleitos en los barrios, escenas de sexo, etc. y todo esto como si esa fuera la vida normal y que tenemos que estar inmersa en ella. Ya no se diga la influencia de las telenovelas en la vida familiar.

Con estos aspectos mencionados podemos ilustrar como se produce la transculturación en los pueblos. De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española la transculturación es la recepción por un pueblo o grupo social de formas de cultura procedentes de otro, que sustituyen de un modo más o menos completo a las propias.

Eso precisamente es lo que ha venido sucediendo todos estos años y que las actuales generaciones no las perciben porque están inmersas en un mundo que se cree debe ser así.


No todo lo que importamos es malo, en cuanto a costumbres se refiere, lo malo es asumirlo todo suplantando lo propio, lo nuestro, suplantando nuestra propia identidad como pueblo.

miércoles, 1 de enero de 2014

Iniciamos un nuevo año. Año 2014

Después de tanta efervescencia por su inicio nos encontramos ya en el nuevo año, el año 2014. Como siempre las expectativas son muchas, los buenos deseos vienen y van y todos aspiramos a tener nuevas oportunidades, a tener mejores condiciones familiares, materiales, económicas, en fin a tener un bienestar general satisfactorio.

Todo esto requerirá de mucho esfuerzo y sacrificio, de parte de cada uno, de parte de cada familia, al igual que de cada comunidad. Sentimos el alto costo de la canasta básica, el de los servicios básicos. Tenemos que hacer malabares para sortear las dificultades de cada día.

Aunque se habla de una sociedad cristiana, socialista y solidaria la verdad es que todavía no alcanzamos esa categoría...falta mucho por hacer al respecto. Vivimos en una sociedad consumista donde tener dinero se hace imprescindible. Todo se mueve con dinero. El que no lo tiene lo busca de cualquier manera y el que lo tiene, que son unos pocos, se ven asediados por aquellos que buscan una oportunidad para quitárselo.

El aspecto económico se vuelve fundamental incidiendo en todas nuestras acciones que combinado con la falta de valores, se vuelve un enemigo al que tenemos que combatir. Erradicar la pobreza no es tan fácil entonces, se convierte en una aspiración y un pretexto para seguir haciendo obras sociales.

Pero como todos tenemos la esperanza en este nuevo año pongamos de nuestra parte para que todo mejore y alcancemos en lo posible el bienestar que necesitamos.